martes, 11 de noviembre de 2014

Medicalización - Desmedicalización, ese binomio...

Volviendo al tema de la medicalización de la vida (¿os acordáis del cartel promovido por la Junta de Extremadura que ya comentamos aquí?) y haciendo hincapié en la tendencia a la desmedicalización queremos hacernos eco de tres publicaciones recientes:

Por un lado, la entrada del Grup del Medicament de la SVMFiC del 1 de Noviembre, titulada Medicalización de la vida cotidiana, donde los asistentes al curso con el mismo nombre, de la escuela de Verano de Salud Pública de Maón (Menorca) hacen un recorrido histórico explicativo sobre esto de la medicalización de la vida, definen el término e intentan establecer el límite del filo de la navaja explicando los daños del sobrediagnóstico y del sobretratamiento.

Un día antes publicaban en el periódico El País el artículo 8 pruebas médicas que no debería retrasar más donde proponen ocho pruebas "preventivas" como si de una ITV del humano se tratara. A través de una serie de entrevistas a profesionales sanitarios, del ámbito privado, recomiendan establecer una medicalización de la vida, de la que algunos intentamos huir. Se habla de analítica anual de control que incluya PSA en los varones de forma generalizada, controles de hormonas incluyendo estradiol o progesterona, ¡espirometrías para todos! o mamografías en pacientes asintomáticas antes de los 40... A propósito del artículo, ejemplo fetén de la medicalización por la medicalización de la vida cotidiana, el Dr. Casado hace un análisis científico, avalado en la evidencia que desmonta de forma global el sentido del artículo periodístico de El País. Titula su entrada en el blog bajo el nombre de La Gula Sanitaria en un acierto total del sentido del sobrediagnóstico. Quiero destacar una de las frases que ofrece en esta entrada en la que dice que hacer todas estas pruebas, sin un sentido lógico o basándonos en la clínica y sobre todo, el sentido común, llevan a "convertirnos en falsos positivos" (la prueba detecta algo y nos obliga a hacer más pruebas para descartar ese falso diagnóstico).

Compartimos la opinión de nuestro compañero cuando afirma que "los periodistas sanitarios tienen una obligación con la sociedad (...). Si no queremos morir de gula sanitaria necesitamos informar de otra manera. La información sobre salud ha de ser equilibrada y de buena calidad, en caso contrario el empacho está servido".

No a la medicalización de la vida: es la vida, no una enfermedad.


Sandra Robles.

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