sábado, 14 de mayo de 2016

OMEPRAZOL, "NO ES UN PROTECTOR"... es un fármaco

 En el Butlletí Groc en su  vol 29, nº 1 de 2016, publican  artículo alertando sobre el sobreconsumo injustificado de omeprazol, especialmente en personas de edad avanzada.

Aunque se toleran bien a corto plazo, documentan  los potenciales riesgos de efectos adversos graves con su uso prolongado:
- Aumento de riesgo de fracturas
- Hipomagnasemia
- Infección y colitis por Clostridium Difficile y neumonia
- Potencial interacción con clopidogrel (controvertido)
- aumento de riesgo de Enfermedad renal Crónica
- Aumento de riesgo de Lupus Eritematoso Sistémico
- Aumento de riesgo de demencia.

Proponen medidas para su uso racional: 
Resumen
•  Cataluña es uno de los principales consumidores de inhibidores de la bomba de protones (IBP). Cada año los reciben casi un millón y medio de personas. Aproximadamente un 60% de los mayores de 65 años recibe tratamiento crónico con un IBP.
•  Los IBP no son “protectores gástricos”, sino fármacos de eficacia demostrada en el tratamiento de la enfermedad ulcerosa gastroduodenal y otras patologías, que también pueden tener múltiples efectos adversos, sobre todo cuando se toman por períodos prolongados. Lejos de ser protectores, en muchos pacientes incrementan el riesgo de enfermedades graves.
•  Los IBP no son más eficaces que los antihistamínicos H2 para el tratamiento de la dispepsia no ulcerosa, en la que, a diferencia de los antihistamínicos H2, tardan unos días en tener un efecto diferenciado del de placebo.
•  Una proporción importante de los pacientes que recibe IBP no los necesita, y obtendría un efecto beneficioso si deja de tomarlos.
•  No hay pruebas derivadas de ensayos clínicos que indiquen que las dosis de más de 20 mg al día sean más eficaces que las de 20 mg al día. Tampoco hay pruebas de la superioridad de algún IBP sobre los demás.
•  Cuando se decida retirarlos, conviene tener en cuenta que pueden tener efectos sintomáticos de rebote, y que puede ser adecuada una pauta de retirada progresiva (10 mg al día durante unas semanas; hay formas farmacéuticas de 10 mg).
•  A menudo se prescribe un IBP cuando se da el alta hospitalaria. Algunas guías de práctica clínica los recomiendan en situaciones en las que no están justificados. Es preciso revisar estas prácticas y limitar el uso de IBP a los pacientes que los necesitan verdaderamente
para el tratamiento de la dispepsia no ulcerosa, en la que tardan unos días en tener un efecto diferenciado del de placebo.



Los medios de comunicación se hicieron eco de esta noticia en televisión y prensa, condicionando que algunos pacientes preguntaran en consulta por esta cuestión. 
Son fármacos ampliamente prescritos. Es momento de revisar la indicación y evitar su sobreprescripción.

http://www.icf.uab.es/informacion/boletines/bg/asp/bgindex_e.asp

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